Lo primero que hay que saber es que para la toma de muestras nunca se aspira, así nos aseguraremos de no obtener demasiada muestra.
Antes de valorar la citología hay que determinar si esta es apta para el estudio. Para darle el visto bueno se necesita:
- Ausencia de hemodilución, ya que si hay sangre periférica no podremos distinguir entre células linfoides del ganglio y de la sangre.
- Distribución de las células en monocapa, ya que el estudio se basa en la observación de células individuales, si estan se agolpan, no se podrán valorar.
- Conservación de la estructura celular. Necesitamos un mínimo de 300 células, un ideal de 500, intactas, para obtener un estudio representativo.
Una vez determinado la idoneidad de la muestra, debemos pasar a hacer un recuento de 300-500 células, y dar un porcetaje de las diferentes líneas celulares, distinguiendo entre:
- Células linfoides pequeñas. El núcleo tiene un diámetro entre 1 y 1.5 eritrocitos.
- Células linfoides intermedias. Su diámetro nuclear es entre 2 y 2.5 eritrocitos.
- Células linfoides grandes. Su diámetro nuclear es de 3 o mas eritocitos.
- Neutrófilos
- Macrófagos de cuerpos tingibles
- Plasmáticas, y su estado de activación
- Eosinófilos
- Mastocitos cebados no displásicos
- Presencia de células ajenas al ganglio
Además, respecto a las células linfoides, hay que valorar su morfología celular y nuclear, basofilia citoplasmática, presencia de vacuolas en el citoplasma, nucléolos presentes.
Por último, se deben contar las mitosis atípicas que se evidencian en cinco campos de 40 x.
En el próximo posto, aprenderemos a interpretar los porcentajes que nos dé el estudio.